¿Os acordáis de la generación de las supertopmodels Naomi, Cindy, Linda, Claudia, Elle...?
Todas ellas marcaron una época de curvas de infarto donde las formas femeninas eran felizmente celebradas. Desgraciadamente poco duró, ya que tanto ellas como la moda en la década siguiente adelgazaron considerablemente; el caso de la chica Wonderbra, Eva Herzigova, era un ejemplo claro de cómo la belleza casi perfecta se esfumaba por culpa del fantasma de la anorexia.
El caso es que ya desde hace unos años todas las miradas apuntaban a Claudia Schiffer, negando la alemana hasta la saciedad que no padecía tal trastorno. Pero a día de hoy con 40 años y tres hijos (hace un año nació su hija pequeña Cosima y muy en serio se tomó la recuperación de su figura, demasiado), no se puede decir que sean los años los que han hecho mella en su hasta ahora aspecto saludable que recordaba a Brigitte Bardot:
Porque aquella "supermujer" se ha esfumado y se ha convertido en una frágil y poco femenina Claudia, casi irreconocible. Desde luego salud no es lo que transmite:
Ni con semejantes perifollos tapándole la cintura y la cadera lo puede disimular. Esta chica necesita urgentemente ya no un buen potaje, sino un buen nutricionista y una mejor terapia.
¿Es necesario poner en peligro la salud con tal de eliminar los (supuestos) kilos de más?
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